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null Familias campesinas de Montes de María podrán recuperar sus derechos sobre predio histórico de la región

Las 31 familias campesinas, representadas por la Unidad de Restitución de Tierras (URT) en las recientes demandas de restitución en Sucre, debieron desligarse de sus predios tras enfrentar violaciones a sus derechos cometidas por los frentes 35 y 37 de las Farc-EP y las autodefensas, con ocasión de las masacres de Pijiguay en 1997 y Chengue en 2001.

 

Sincelejo, 29 de septiembre de 2015 (@URestitución). A través de 7 demandas, la Unidad de Restitución de Tierras, Dirección Territorial Sucre, pone en consideración de jueces especializados el caso de 31 familias víctimas de abandono forzado de tierras del municipio de Ovejas. El objetivo de esta acción es restablecer sus derechos sobre 391 hectáreas ubicadas entre los corregimientos de Almagra, Salitral, Don Gabriel y Chengue.

Entre las solicitudes en demandas se destacan dos, mediante las cuales la Unidad insta a la judicatura a cobijar con la política de restitución a 22 campesinos adjudicatarios de Limos y Números, predio insigne del movimiento campesino de lucha por la tierra en Montes de María.

Sobre Limos y Números están siendo reclamadas 241 hectáreas de las más de 3.243 que abarca el inmueble, adjudicado a cientos de familias campesinas en el año de 1969.

 

Un predio histórico

Limos y Números se encuentra ubicado en el corregimiento de Pijiguay, municipio de Ovejas. Por su gran extensión, que representa el 7,48% de este municipio, se convierte en parte de la ruta principal de acceso a varias poblaciones de la zona como Salitral, Don Gabriel, Almagra y Chengue.

El predio fue adquirido por el extinto Incora a través de escritura pública en 1969, para luego ser entregado a campesinos que por años lo explotaron como arrendatarios, dividiendo las tierras en 236 parcelas individuales y dos empresas comunitarias. Los campesinos adjudicatarios trabajaron la tierra por varias décadas, hasta que grupos al margen de la ley aprovecharon la localización geográfica de Ovejas para establecerse en la zona.

En 1993, la violencia en la zona se incrementó con el fortalecimiento de las Farc-EP a través de los frentes 35 y 37, adscritos al Bloque Caribe. “La década siguiente significó para el predio Limos y Números y el municipio de Ovejas una escalada del conflicto que dejaría un gran número de familias afectadas”, se manifiesta en la demanda.

En 1997 la expansión de las autodefensas en Sucre, recrudeció el conflicto en las montañas de Ovejas: Con masacres, los paramilitares sembraron el terror en Montes de María. La masacre de Pijiguay, en septiembre de ese año, marcó el inicio de la era paramilitar en esta parte de país. En este lamentable hecho murieron 6 personas. En 2001, las AUC enlutaron a 28 familias del municipio de Chengue; estos hechos generaron la salida masiva de las familias campesinas.

 

Garantías para los terceros intervinientes

La Unidad de Restitución de Tierras, en el marco del trámite administrativo desarrollado sobre el predio Limos y Números, evidenció que un porcentaje de las personas que adquirieron los predios hoy solicitados son campesinos que pueden ser vulnerables o con igual condición de víctimas que los reclamantes. Frente a esto, la URT ha realizado acciones de caracterización de la población a fin de remitirlas a Defensoría del Pueblo y garantizarles el acompañamiento y acceso a la justicia durante el proceso.

Las personas que actualmente explotan las parcelas solicitadas tuvieron una importante participación durante los procedimientos de estudio de las solicitudes realizadas por la Unidad. Los equipos de trabajo implementaron, con esta población, recolección de información y cartografía social para obtener pruebas fidedignas que puedan ser usadas por los jueces.

Violencia silenciosa

En la demanda, la Unidad pone en estudio de los jueces especializados una violencia silenciosa casi nunca denunciada y, por tanto, no registrada comúnmente por fuentes judiciales. En el periodo de tiempo en que se dieron los hechos violentos no existía una normatividad que cobijara a las víctimas y permitiera el acopio de información y tipificación de los actos en contra de los Derechos Humanos relacionados con el conflicto armado interno. Esta violencia silenciosa esta temporalizada para la zona de ubicación de las tierras en demandas entre los años 1985 y 2007.

Secuestros, extorciones, amenazas, intento de reclutamiento ilícito, violencia sexual, estigmatización de la población, entre otras vulneraciones, son ejemplos de este tipo de victimización silenciosa que se vivió en la zona rural, donde se encuentran ubicados los predios que son objeto de restitución.

Con el propósito de proteger los derechos de las víctimas, la Unidad pone en consideración de la justicia una serie de pretensiones encaminadas a lograr el retorno de las familias y garantizar condiciones de seguridad, dignidad y sostenibilidad para un goce efectivo de sus tierras en un escenario de paz.

 

Fecha: martes 29 de septiembre 2015

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas