Noticias 2015

null Las cicatrices de la violencia en Pueblo Viejo están sanando gracias a la restitución

Un total de 106 personas, víctimas de la violencia del municipio de Pueblo Viejo, fueron incluidas en el Registro de Tierras Despojadas. Los delitos de lesa humanidad cometidos contra esta población, formaron parte de un ataque sistemático y generalizado cuya finalidad fue expulsarlos de sus tierras.

 

Santa Marta, 23 de noviembre de 2015 (@URestitucion). Carmen* tiene 42 años, cabello negro y muchas ganas de vivir. Hoy se atrevió a ponerse vestido, algo que no hacía hace más de quince años, cuando fue abusada sexualmente por un grupo de paramilitares al mando de William Rivas, alias ‘44’, quienes irrumpieron en el corregimiento de Tierra Nueva, municipio de Pueblo Viejo.

Durante los años 1999 y 2000, ella y otros campesinos de esa localidad fueron humillados y forzados a servir de forma indigna a los miembros de los grupos armados, quienes de manera constante los insultaron, amenazaron, golpearon y, de forma masiva y sistemática, abusaron sexualmente de las mujeres y de algunos niños y niñas. Así mismo, estos campesinos fueron confinados, pues los paramilitares les prohibieron abandonar la tierra.

El vestido que hoy Carmen luce con orgullo, es su forma de decirle al mundo que el pasado quedó atrás; que está viva, de pie, luchando. El vestido es hoy la armadura con que vino a recibir, gracias a la Unidad de Restitución de Tierras (URT), la resolución de inclusión en el Registro de Tierras Abandonadas y Despojadas Forzosamente.

Este es el primer caso donde el Estado colombiano reconoce la violencia sexual como estrategia de control y garantía del silencio sobre el desplazamiento forzado masivo, el abandono forzado y el despojo.

Ante la gravedad de los relatos expuestos por los solicitantes ante la Dirección Territorial Magdalena, se determinó desde el inicio del proceso, una estrategia de intervención diferencial que permitió el desarrollo del proceso bajo el enfoque de acción sin daño, con el fin de reducir los efectos negativos e impactar de manera positiva y transformadora. El reconocimiento de los hechos que victimizaron a la comunidad, en particular a las mujeres, y la correcta tipificación de las conductas mediante las cuales fueron violentadas, son fundamentales en un proceso de verdad, justicia y reparación.

Los predios Cantagallar, Ceibones, Nigrinis y Chimborazo ubicados en el departamento del Magdalena, municipio Pueblo Viejo, corregimiento Tierra Nueva, sobre los cuales ostentaban, hasta ese momento, la calidad de ocupantes y poseedores, de acuerdo a la naturaleza jurídica de cada uno de los predios, corresponden a un área total de 675 ha y 7.803m2.

La resolución de inclusión en el Registro de Tierras Abandonadas y Despojadas Forzosamente, marca el  inicio de la etapa judicial, durante la cual se realizará la construcción y presentación de la demanda, bajo la representación de la Unidad de Restitución de Tierras.  En este proceso están vinculados el Consejo Noruego para Refugiados y la Corporación Humanas, garantizando el acompañamiento con enfoque diferencial.

Hoy Carmen* y sus demás compañeros se reconocen como sobrevivientes y no como víctimas de despojo y desplazamiento. La Unidad de Restitución de Tierras ha considerado, con el fin de garantizarles el acceso progresivo a la propiedad de la tierra, la adopción en este caso del Programa de Acceso Especial para las Mujeres Niñas y Adolescentes, a fin de garantizar de forma integral los derechos a la atención humanitaria, a la verdad, la reparación integral y la garantía de no repetición.

 

Fecha: lunes 23 de noviembre 2015

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas