Noticias Julio 2017

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Otaré, un lugar de Norte de Santander en donde soplan vientos de paz y reconciliación

El corregimiento del municipio de Ocaña, en Norte de Santander, es el escenario del resurgimiento de familias que fueron despojadas de sus terrenos por cuenta del conflicto armado en el departamento. Estas personas, gracias al apoyo de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), están seguras de escribir una nueva historia de paz y reconciliación en la región.

Cúcuta, 28 julio de 2017 (@URestitucion). La esperanza de un mejor futuro para sus familias y de no volver a vivir atemorizados por la violencia, es la fortaleza de los beneficiarios de restitución de tierras en el corregimiento de Otaré, quienes están cultivando sus predios para, como lo dicen ellos, “tener una mejor vida con la familia”.

Son cerca de seis horas de camino, en carro, desde Cúcuta hasta el corregimiento en la provincia de Ocaña,  pasando por partes donde la vía aún atemoriza a los viajeros por su estado, aunque esté adornada por los paisajes y formaciones rocosas que ofrece la carretera, que comunica a Norte de Santander con la Costa Atlántica colombiana.

Desde 2003, cuando las AUC los obligaron a salir  de sus casas, los habitantes de estas imponentes montañas en la cordillera oriental habían perdido la fe de poder disfrutar nuevamente de sus fincas y tener en sus manos las escrituras de sus predios. Gracias a la Unidad de Restitución de Tierras (URT), la esperanza volvió; están trabajando en sus cultivos y crían animales.

Carmen Suarez, ama de casa y madre de seis hijos, recibió muy temprano en su  casa, la visita de la URT. Con un tinto bien cargado, para el frío; y un vaso de limonada, endulzada con la caña de su finca, les abrió las puertas a los funcionarios. Estaba feliz; muy pocas veces, extraños llegan hasta su casa. Con una sonrisa, agradeció el apoyo de la Unidad de Restitución de Tierras. “Para mí las cosas cambiaron después de la ayuda por parte de restitución. Ya podemos estar seguros de tener una propiedad que es de nosotros y por eso la estamos cultivando con los hijos”.

Pasado el mediodía, los funcionarios se trasladaron hasta la casa de doña Ana Leonor Suarez, una mujer a la que se le nota la fuerza del campo en su cuerpo y su rostro. Esta mujer, madre de una menor de 14 años, trabaja todos los días en sus tierras. El recibimiento, no fue menos especial. Un sancocho de gallina criolla, fue el pretexto para sentarse a la mesa y escuchar las historias de Ana. “Antes de esto estábamos prácticamente en la calle. La situación para mí era dura y pensábamos cuándo nos tocaba salir nuevamente de esto, pero gracias a Dios porque nos han ayudado. Hemos mejorado con la tierra que ya es de nosotros”.

El director de la URT en Norte de Santander, Edward Álvarez Tafur, aseguró: “en Norte de Santander, en el tema posfallo, estamos trabajando en la implementación de proyectos productivos de tal manera que permita, no solamente recuperar el predio, sino que ese predio sea económicamente rentable para las víctimas”.

La jornada concluyó a las seis de la tarde. Ana y Carmen les pidieron a sus agasajados, visitas sorpresa, con más frecuencia.