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null Restitución de tierras para los Ette Ennaka: una comunidad indígena en riesgo de desaparecer

Con el proceso de restitución de tierras Colombia es el tercer país en el mundo, después de Bolivia y Perú, en reconocerle derechos a la tierra como un “ser vivo”, a la luz de los derechos de los pueblos indígenas.

Santa Marta, 16 de abril de 2015 (@URestitucion). Luego de un arduo proceso de investigación, la Unidad de Restitución de Tierras (URT), Dirección Territorial Magdalena, concluyó la caracterización de las  afectaciones territoriales que ha sufrido el pueblo indígena Ette Ennaka, en el marco del conflicto armado colombiano.

Estas comunidades han sufrido, principalmente, por la incursión de grupos paramilitares entre 1995 y 2005, quienes llevaron al confinamiento al pueblo Ette Ennaka en los asentamientos Issa Oristunna, Ette Butteriya e Itti Takke, y al desplazamiento forzado de muchas familias. Estos hechos dieron lugar a la conformación de los asentamientos de Naara Kajmanta y Diwana.

Durante más de nueve años, el territorio de los Ette Ennaka se convirtió en una cárcel debido a la presencia del Bloque Norte de las autodefensas, liderado por  Jorge 40. El entonces jefe paramilitar le prohibía a este pueblo realizar sus ceremonias, hablar en su propia lengua y, además, restringió drásticamente las entradas y salidas del resguardo. Por si fuera poco, en este contexto de violencia, Jorge 40 asesinó a más de 30 miembros de la etnia.

Para estos pueblos indígenas, el territorio es víctima, desde su cosmovisión, debido a los vínculos especiales y colectivos que los une a la Madre Tierra. Actualmente, el territorio reconocido a esta comunidad por medio de títulos del Incoder, es de apenas 300 hectáreas entre los cinco asentamientos, sin embargo la demanda que presentará la URT Magdalena, durante la última semana de abril, apunta a restituir 11.000 hectáreas.

Las mayores problemáticas que enfrenta el pueblo Ette Ennaka en la actualidad, son la carencia de control de su territorio ancestral y la insuficiencia de tierras para el desarrollo de prácticas productivas y rituales, que aseguren la pervivencia física y cultural del pueblo. Sumado a lo anterior, el resguardo se encuentra dividido en dos áreas, lo que constituye una barrera para el fortalecimiento organizativo y el control territorial. Igualmente, las fincas ganaderas que rodean al resguardo representan una grave afectación a la flora y la fauna nativa, lo que a su vez afecta la materia prima necesaria para la reproducción de la cultural material e inmaterial.

Contexto

Tradicionalmente, el pueblo Ette Ennaka ha sido conocida como Chimilas, sin embargo, para esta comunidad, ese término es despectivo. Para ellos, Ette Ennaka significa “gente verdadera”. A los otros pueblos indígenas de América los denominan Ette ejkongrate o “la otra gente” y a las personas con ascendencia no indígenas los conocen como Waacha.

El pueblo Ette Ennaka se concentra en el departamento de Magdalena, en donde habita el 63,9% de la población. Le sigue La Guajira con el 20,0%  y Cesar con el 2,9%. Estos tres departamentos concentran el 86,7% poblacional de este pueblo. Los Ette Ennaka representan el 0,12% de la población indígena de Colombia.

El trabajo de la Unidad de Restitución de Tierras

Para la realización de la caracterización se retomaron trabajos y documentos realizados y validados por los Ette Ennaka, tales como el Plan Vida, el Proyecto Etnoeducativo, el Plan Salvaguarda y las memorias y documentos realizados por el pueblo Ette Ennaka con el Consejo Noruego para los Refugiados.

Los gestores indígenas fueron delegados por las comunidades y tuvieron como función dinamizar las actividades realizadas en los territorios, así como transmitir información relevante al equipo interdisciplinario. Debido a la importancia del uso del Ette Taara (idioma nativo), no solo como medio instrumental para facilitar la comunicación, sino como forma de relevar el mandato constitucional de oficialidad de las lenguas indígenas en los territorios, se nombró un traductor para todo el proceso.

Los interlocutores Ette, quienes relataron sus historias y sus reflexiones, cumplieron un papel trasversal, dado que facilitaron la traducción lingüística y cultural de conceptos permitiendo, a partir de ello, una relación intercultural en la cual se reconoció la diferencia como eje de diálogo.

 

Fecha: jueves 16 de abril 2015

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas