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null Pobreza de hogares restituidos cae entre 8% y 14% gracias a sus emprendimientos

El Centro de Estudios para el Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes evaluó el impacto del Programa de Proyectos Productivos de la Unidad de Restitución de Tierras y determinó que los hogares beneficiarios reducen su nivel de pobreza multidimensional, entre 8% y 14% y que sus emprendimientos son sostenibles en el tiempo, incluso después de la intervención de la entidad.

 

Bogotá, 1 de julio de 2020 (@URestitucion). Durante los nueve años de la vigencia de la Ley 1448 de Víctimas y Restitución de Tierras han sido implementados 4.462 proyectos productivos, desarrollados por los campesinos restituidos en los predios recuperados para mejorar sus condiciones de vida.  Para el avance de estos planes, la Unidad de Restitución de Tierras ha invertido $120.500 millones en diferentes emprendimientos pecuarios y agrícolas.

De acuerdo con el director de la Unidad de Restitución de Tierras Andrés Castro, “la restitución no es solo el retorno material del predio, sino que existen otras medidas, como los proyectos productivos, para que las víctimas puedan transformar su vida y lograr un futuro sostenible”. Justamente lo que busca el Programa es brindar herramientas para que los campesinos puedan despojarse de la etiqueta de víctimas y se conviertan en empresarios del campo.

Para analizar el impacto de este programa, el CEDE de la Universidad de Los Andes realizó una investigación denominada “La restitución de tierras y la estabilización socioeconómica de los hogares desplazados en Colombia ¿Cómo vamos?”, cuyo eje fundamental consistió en indagar sobre su sostenibilidad, identificar y estimar los cambios de corto y mediano y plazo en las condiciones de vida de la población restituida.

Jorge Maldonado, investigador principal, explicó que “típicamente los beneficiarios de proyectos sociales del Estado vuelven a sus condiciones de vulnerabilidad una vez se retira la entidad del territorio, pero en este caso, las personas se mantienen vinculadas a los emprendimientos y siguen creciendo en sus posibilidades para generar ingresos, aquí lo que vemos es una consolidación contundente sobre el bienestar de los hogares”, señaló.

Uno de los hallazgos de la investigación, que analizó los casos de más de 800 familias beneficiaras en los departamentos de Nariño, Tolima, Valle, Antioquia, Bolívar, Sucre y Córdoba, es que, si se tiene en cuenta que el índice de pobreza multidimensional se construye a partir de la presencia de 15 privaciones, los resultados muestran que los hogares reducen entre una y dos carencias sus condiciones de pobreza como resultado de la intervención.

“Pudimos determinar que 24 meses después de la intervención de la Unidad la pobreza en los hogares se redujo en 8% y a los 48 meses la reducción es entre un 12% y un 14% como resultado de los apoyos directos ofrecidos por la entidad. Además, hay mejoras en salud, nutrición y en general en bienestar social y emocional”, subrayó el docente investigador.

De igual forma, se encontraron efectos positivos en la seguridad alimentaria de los hogares, un cambio que ha permitido que tengan mayor acceso a más y mejores tipos de alimentos, bien sea a través del establecimiento de la huerta casera, el autoconsumo o el aumento en los ingresos por la venta de estos productos.

Respecto a las inversiones, se identificó que efectivamente se está ayudando a consolidar su economía pues luego de los apoyos directos ofrecidos por el Programa, que son de hasta 40 Salarios Mínimos Mensuales Legales Vigentes a cada familia, y en una segunda etapa, tres años después de terminado, hacen una reinversión de los recursos o beneficios generados en la primera, lo que les permite mejorar sus activos, ampliar la capacidad productiva y mejorar los niveles de ahorro.

También se destaca el acceso a los servicios financieros que le permite a los hogares recibir los recursos correspondientes a la implementación del proyecto productivo por medio de una cuenta que se abre en un banco. Con ello los hogares incrementan la probabilidad de recibir un crédito formal y así hacer crecer sus emprendimientos y además dejan de acudir al uso del “gota a gota” o “pagadiario”.

Finalmente, se resalta el liderazgo de las mujeres como emprendedoras, se destacan por su empuje y su capacidad para resolver problemas y tomar decisiones. En una escala de uno a diez, en promedio ellas sienten que con su proyecto están tres escalones más arriba que los hombres así que su percepción de bienestar es mucho más amplia.