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null Gregorio ahora vive un milagro

Un campesino y su familia están a las puertas de obtener la primera cosecha de arroz de su predio, tras haberlo recuperado mediante el proceso de restitución de tierras en Norte de Santander.

 

Cúcuta, 22 de mayo de 2015 (@URestitucion). Seis meses después de haber recibido por parte de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) el predio que la violencia le arrebató durante años, Gregorio ve el futuro con nuevos ojos. En sus manos, las mismas que hasta hace poco levantaba al cielo implorando una mejoría para su vida y la de los suyos, hoy sostiene con orgullo las espigas de arroz que en poco menos de un mes representarán la primera de las muchas cosechas que espera producir en el predio restituido, al que ha terminado por rebautizar El milagro.

Cada semana, con el entusiasmo que lo embarga desde la restitución de sus 15 hectáreas, que creyó perder para siempre, Gregorio emprende el viaje desde Cúcuta hasta el corregimiento Agua Clara y de allí a la parcela en que, hecho nuevamente un campesino, trabaja con empeño el terreno y recorre extasiado el fruto del esfuerzo que emprendió al presentarse a la Unidad de Restitución de Tierras.

Hoy no solo él y los suyos pisan el suelo de su tierra, sino que, gracias a la restitución, se encuentran próximos a recolectar la primera cosecha de arroz en que han trabajado los últimos meses, proyectando un cambio favorable en su estilo de vida ante los ingresos que esperan les genere la comercialización del grano. “Todos están aterrados de ver esta cosecha tan buena, y ya tenemos un acuerdo con los molinos para la venta del arroz”, explica Gregorio.

Él, a quien hasta hace un tiempo se le veía abatido ante el infortunio que la violencia le deparó, hoy se muestra como un hombre alegre, orgulloso de sí y satisfecho de poder legar un patrimonio a sus hijos, los mismos que han terminado por contagiarse de la felicidad de sus padres y el amor que rinden al predio por el que, de cierto modo, han dado la vida, ya que todos hicieron parte del desplazamiento forzado inicial que los sacó de su terruño.

Al cultivo de arroz, además, poco a poco lo refuerzan con la siembra de árboles frutales que igualmente simboliza para ellos un renacer. Dichoso, Antonio invita a quien lo desee, a conocer su caso y ser testigo del floreciente panorama que se vislumbra para él y su familia, antiguas víctimas del conflicto y hoy uno más de los hogares a los que la restitución de tierras ha cambiado la vida en Colombia. Atrás quedaron los años de dolor en espera de un milagro. Ahora, gracias a la Ley 1448 de 2011, este humilde campesino es nuevamente propietario.  

 

Fecha: jueves 21 de mayo 2015

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas