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null La ruta de la restitución colectiva Llegó al Chocó con las comunidades Embera y Cocomopoca

A través de las jornadas de restitución colectivas llevadas a cabo en Quibdó el 11 y 12 de diciembre, cerca de 4,900 personas se verán beneficiadas con la seguridad alimentaria, tras la restitución de sus tierras. Este proceso responde a sentencias integrales que abordan los impactos del desplazamiento y la violencia del conflicto armado, representando un alivio significativo para las comunidades afectadas.

A través de las jornadas de restitución colectivas llevadas a cabo en Quibdó el 11 y 12 de diciembre, cerca de 4,900 personas se verán beneficiadas con la seguridad alimentaria, tras la restitución de sus tierras. Este proceso responde a sentencias integrales que abordan los impactos del desplazamiento y la violencia del conflicto armado, representando un alivio significativo para las comunidades afectadas.

 

Quibdó, 18 de diciembre de 2023. El Grupo Fondo de la Unidad de Restitución de Tierras convocó a las Comunidades del Alto Andágueda y al Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular Campesina del Alto Atrato, Cocomopoca, a participar en jornadas de restitución en Quibdó los días 11 y 12 de diciembre. El objetivo central fue asegurar la ruta de restitución y garantizar la reparación integral de las familias, así como preservar sus derechos territoriales y colectivos.

Durante las jornadas, en espacios autónomos propiciados por el Grupo Fondo de la URT, las comunidades acordaron estrategias de seguridad alimentaria para los terrenos restituidos. Estas estrategias, alineadas con usos, costumbres, cosmovisión y tradiciones ancestrales, buscan garantizar la sostenibilidad a largo plazo y satisfacer las necesidades de las comunidades.

En la jornada del 11 de diciembre, centrada en las comunidades del Alto Andágueda, participaron alrededor de 60 indígenas de la comunidad Embera Katío, representando cerca de mil 700 familias. Esta comunidad indígena ha luchado durante más de 50 años por sus derechos. Aunque en 2013 un fallo judicial suspendió las concesiones mineras y reconoció los derechos territoriales, la comunidad denuncia incumplimientos gubernamentales desde la firma de la primera sentencia de restitución en 2014, destacando las dificultades en el proceso.

En su espacio autónomo, la comunidad acordó enfocarse en cultivos de maíz, plátano y café, así como en la cría de gallinas, cerdos y especies piscícolas como tilapia y mojarra roja.

Por otro lado, el Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular Campesina del Alto Atrato, Cocomopoca en Quibdó, es una organización que agrupa 4 municipios del Chocó y cerca de 380 familias, sumando cerca de 3,200 personas que obtuvieron la restitución de tierras en el año 2021. El 12 de diciembre, el Consejo de Cocomopoca estableció líneas alimentarias que abarcan cultivos agrícolas, frutales, verduras y legumbres, así como plantas mágico-religiosas y medicinales. En el ámbito pecuario, acordaron trabajar con gallinas de raza intermedia de semipostura y doble propósito, así como en piscicultura con cachama, tilapia negra y yamú, junto con la cría de cerdos.

Para Eseinober Machado Rentería, miembro de la junta de la organización de Cocomopoca, este momento es crucial, ya que "es la primera vez que a través de la URT son convocados a la construcción de proyectos productivos que mitiguen las necesidades alimentarias de su comunidad y promuevan el retorno de muchas personas que han partido de la zona".

El director de la URT, Giovani Yule, destacó la importancia de cumplir con la misión de restituir territorios a comunidades despojadas en el conflicto. "En este nuevo gobierno del cambio, buscamos cumplir todas las sentencias porque es una deuda que el Estado tiene con todas las víctimas. Ya son decisiones de los jueces y magistrados, y en consecuencia nos corresponde cumplir; es una obligación. No es un favor, es un deber del Estado y un derecho fundamental de ustedes", afirmó.

Por su parte, la Coordinadora del Grupo Fondo de la Unidad, Angelith Nuñez, celebró este encuentro que enfoca la mirada en el territorio y las comunidades étnicas, tanto afrodescendientes, raizales, palenqueras e indígenas, al tiempo que se dispuso a revisar detalladamente el acta concertada con las comunidades, para posteriormente generar el compromiso a partir de las firmas.

“La participación de las comunidades en la planificación de líneas alimentarias agrícolas, frutales, verduras, legumbres, así como en aspectos pecuarios, muestra un compromiso conjunto hacia la sostenibilidad a largo plazo. Por último, acciones como estas destacan el compromiso del Estado expresado de cumplir con las sentencias y restituir territorios como un deber fundamental y un derecho esencial para todas las víctimas del conflicto”, señaló Angelith Nuñez.