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null Restituidos de Turbo, Antioquia, exportan Papocho y Banano Manzano al exterior

La tenacidad de Calazán, un campesino de 74 años, junto a su esposa Teresa de 63 años y su hijo Manuel de 39 años, ha hecho posible que dos años después de ser restituidos, ahora exporten banano Manzano y Popocho a Estados Unidos. Un proyecto exitoso que cambió la historia de una familia de Urabá y genera empleo.

La tenacidad de Calazán, un campesino de 74 años, junto a su esposa Teresa de 63 años y su hijo Manuel de 39 años, ha hecho posible que dos años después de ser restituidos, ahora exporten banano Manzano y Popocho a Estados Unidos. Un proyecto exitoso que cambió la historia de una familia de Urabá y genera empleo.

 

Apartadó, 21 de junio de 2023 (@URestitucion).  Eugenio Calazán, oriundo de Córdoba, y su familia lo perdieron todo y como él dice, “les quitaron la mitad de la vida”, porque en la “Parcela Uno” de cuatro hectáreas comprada en 1994 se encontraban todos sus sueños familiares. A ese lugar, en 1997, llegaron hombres armados a matarlo por resistirse a abandonar su propiedad, una tierra próspera de cuatro hectáreas sembradas con plátano de exportación, de las cuales recogía semanalmente hasta 150 cajas y vendía a Unibán.

Después de 24 años y a través del acompañamiento de la Dirección Territorial Apartadó de la URT, su caso llegó a la justicia y el Tribunal Superior de Antioquia reconoció el derecho fundamental a la restitución y a otros beneficios como un proyecto productivo financiado por la entidad.

Todo lo que estaba en la memoria de Eugenio, era solo un recuerdo. A llegar a su tierra la encontró llena de maleza.  Por eso, la familia aprovechó al máximo los 39.900.000  pesos entregados por la URT para iniciar el proyecto productivo que hoy los tiene exportando a Los Estados Unidos.

En marzo de 2022, a través de la financiación de bancos, sembraron tres hectáreas, dos popocho y una de banano manzano y, meses más tarde, con los recursos desembolsados en septiembre de 2022 por la Dirección Territorial Apartadó construyeron la empacadora, montaron todo el sistema de garrucha y sembraron una nueva hectárea de manzano.  Actualmente, cuentan con cuatro hectáreas sembradas.

Durante este 2023 iniciaron el proceso de exportación de la fruta con dos compañías que certificaron su producto con los códigos IBM. En promedio exportan semanalmente 130 cajas de Popocho y 50 de banano Manzano. Su iniciativa es un proyecto productivo generador de empleo que tiene tres personas permanentes encargadas del cultivo para su administración y mantenimiento y cuatro personas más de la vereda que apoyan los embarques.

La historia de esta familia, es un ejemplo de superación que se logra a través de la política pública y de la voluntad de las familias por transformar la historia, una vez retornan al territorio.

Yo tenía fe de que iba a volver a esta tierra. Algo me dijo que no vendiera la tierra, que esto me iba a producir y hoy en día tengo una manzanera y una papochera donde consigo la comida para mi señora y mis hijas”, expresa, Calazán, quien hace una invitación a trabajar con juicio porque si les dan un recurso hay que saberlo invertir.

Esta familia logró mantenerse unida después de la violencia y ahora, Teresa, esposa de Calazán  desde que tenía 17 años, y sus cuatro hijos, mejoraron su calidad de vida:  “me decían que si la parcela no era para ellos, no era para nadie. Siento una alegría, una felicidad, porque Dios es maravilloso y yo nunca pensé que íbamos a recuperar la parcela”, asegura Teresa.

Por su parte, Manuel, quien salió a los 18 años de "Parcela Uno", se puso al frente del proyecto familiar y expresa que “al nosotros poder dar empleo, no solo cambia nuestra vida, también la de muchos”. Él invita a otras personas a que “no dejen solos a sus papás. Ellos a veces necesitan el acompañamiento, no solo laboral, también emocional y psicológico; sin la ayuda de los hijos no tendrán la cosecha de lo que se va a recibir. Así como a nosotros nos ha cambiado la vida, a ustedes también”.

En la región de Urabá, se han implementado más de 8.000 millones de pesos, beneficiando a 270 familias en las líneas productivas de ganadería, porcicultura, piscicultura y agricultura como musácea (plátano y banano), cacao, yuca y limón Tahití.

La tierra de Urabá, guarda en su suelo una historia de violencia que desataron grupos armados, quienes provocaron el despojo y abandono forzado de tierras a más de 8.000 víctimas que han venido reclamando sus derechos a través de la Unidad de Restitución de Tierras de Apartadó, Antioquia.