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null Esperanza se abre camino a la restitución

“Teníamos una finca que nos daba para vivir. De ella vivíamos hasta que nos sacaron una noche. Nos fuimos con lo que teníamos al bohío de los indios en la Misión. Allí pasamos la noche muertos del susto esperando que nos fueran a matar. Afortunadamente un señor nos sacó hasta Versalles y de allí llegamos a pie al caso urbano de Tibú”, recuerda, compungida, Esperanza.

 

Norte de Santander, mayo de 2015 (URestitucion). Al despojo de un predio en una vereda del corregimiento La Gabarra, padecido una noche de 1999, Esperanza Rolón* ha tenido que ir sumando otros sufrimientos propios del conflicto que la ha perseguido a ella y a cientos de miles de víctimas y mujeres en Norte de Santander.

“Teníamos una finca que nos daba para vivir. De ella vivíamos hasta que nos sacaron una noche. Nos fuimos con lo que teníamos al bohío de los indios en la Misión. Allí pasamos la noche muertos del susto esperando que nos fueran a matar. Afortunadamente un señor nos sacó hasta Versalles y de allí llegamos a pie al caso urbano de Tibú”, recuerda, compungida, Esperanza.

Fue así que esta mujer, junto a su esposo Álvaro* y su hijo, arribaron al barrio La Unión de ese municipio, confiando en que lo peor había quedado atrás, sin saber cuan equivocados estaban. Solo un año después, el 15 de abril del año 2000, los paramilitares que dominaban la región del Catatumbo asesinaron a su esposo tras ordenarle a él y otros pobladores del barrio que asistieran a una reunión en la parte descampada del sector. El sonido de una ráfaga letal fue toda la respuesta que Esperanza y los demás familiares de las personas citadas recibieron a los reclamos de la intimidación.

Con la fuerza que la caracteriza, y que le ha permitido sobrellevar el dolor que sin embargo su pelo entrecano y algunas precipitadas arrugas del rostro revelan, esta mujer cabeza de hogar hizo del sufrimiento y el llanto un combustible para trabajar por las víctimas que, como ella, han padecido una guerra que nunca incitaron.

Aunque su reto inicial estuvo en salvaguardar la memoria de su esposo y la de las víctimas que como él cayeron a manos de los violentos que azotaron esta parte del país (cosa que logró al impulsar un muro del recuerdo y la instalación de una placa en conmemoración de la masacre), hace poco Esperanza descubrió una nueva forma con la que quiere rendir homenaje a su compañero y padre de sus tres hijos: recuperar el predio donde iniciaron su vida juntos y de donde tuvieron que partir hasta finalmente encontrar la muerte.

La oportunidad de hacer realidad ese sueño y cumplir la voluntad de su esposo como homenaje al amor que los unió, la encontró Esperanza hace apenas unos días, cuando en una reunión de organizaciones de víctimas recibió capacitación sobre el proceso de restitución de tierras y supo de inmediato que se integraría a él.

Con el liderazgo emergido en ella tras la necesidad de superar todos sus miedos, esta mujer y madre se ha convertido en una convencida de reclamar las tierras que alguna vez disfruto con su familia.

Temprano, hacia las 5 de la mañana, Esperanza y uno de sus hijos más pequeños tomaron hace unos días el transporte que los llevó hasta una jornada de recolección de solicitudes en el municipio de Tibú, a donde, con la mayor decisión, se dirigían dispuestos a hacer valer sus derechos como víctimas del conflicto.

Carpeta en mano con algunos documentos de prueba para respaldar la solicitud, Esperanza y su hijo esperaron pacientes su turno de iniciar el proceso para recuperar lo que la violencia les arrebató una noche de 1999.

Actualmente ordena la información con que avanzar en la solicitud de restitución y, aunque comprende que la zona en que se encuentra su predio no ha sido aún habilitada, sabe que actualmente la justicia avanza de mejor manera en el país gracias a la Ley 1448 de 2011 y confía en que llegará el día en que en su recuerdo exista una fecha que iguale, pero por positiva, a la que hasta ahora trae para ella un dolor inmenso. El tiempo y la restitución de tierras dirán si esa fecha especial existe para esta valerosa mujer que busca hacer valer sus derechos.          

 

*Nombre cambiado por seguridad.

 

Fecha: domingo 10 de mayo 2015

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas